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sábado, 15 de octubre de 2022

miércoles, 5 de octubre de 2022

jueves, 22 de octubre de 2020

martes, 24 de septiembre de 2019

Cómo Japón está revolucionando la agricultura sin tierra ni trabajadores


Cómo Japón está revolucionando la agricultura sin tierra ni trabajadores

Las frutas y verduras cultivadas por el japonés Yuichi Mori no están en el suelo y no necesitan tierra.

Las raíces de lo que él planta salen de un dispositivo que originalmente estaba diseñado para un tratamiento médico.
Mori cultiva sobre una película de polímero transparente hecha a base de un hidrogel permeable que ayuda a almacenar líquidos y nutrientes.
Las plantas crecen en la parte superior de la película y las raíces se desarrollan a un lado.
Además de permitir que la verdura crezca en cualquier entorno, la técnica consume un 90% menos de agua que la agricultura tradicional y no utiliza pesticidas ya que los poros del polímero bloquean los virus y las bacterias.


Los productos de la agricultura vertical son frescos, cultivados localmente, se pueden cosechar durante todo el año, están libres de pesticidas y no se ven afectados por el mal tiempo, dicen sus defensores.
"Adapté los materiales que se usan para filtrar la sangre en los tratamientos de diálisis renal al medio de crecimiento de las plantas", explica el investigador a BBC News Brasil.
Su empresa, Mebiol, tiene patentes para la invención registradas en casi 120 países y supone una revolución agrícola en Japón.
Los campos se están convirtiendo en centros tecnológicos, con ayuda Inteligencia artificial (IA), internet de las cosas y conocimiento sacados de los laboratorios.

En un país con escasez de tierra cultivable y falta de mano de obra, la agrotecnología ha aumentado la precisión en el monitoreo y mantenimiento de los cultivos.
Incluso permite cultivar sin tierra o en áreas con acceso limitado al agua, una preocupación creciente en todo el mundo.
El método de cultivo sin tierras se conoce como agricultura hidropónica.


El método de producción con películas de polímeros permite la agricultura en cualquier parte del planeta.

El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos de este año estima que el 40% de la producción de granos y el 45% del Producto Interno Bruto mundial se verán comprometidos para 2050 si la degradación de medio ambiente y el agua continúan a las tasas actuales.
El cultivo en polímeros, tal y como lo hace Yuichi Mori, ha cruzado fronteras.
Se practica en más de 150 localidades dentro de Japón, pero también en regiones como el desierto de Emiratos Árabes Unidos.
El método también se está utilizando para reconstruir áreas agrícolas del noreste de Japón contaminadas por sustancias que llegaron con el tsunami después del gran terremoto de marzo de 2011.


Agricultura sin gente

Con la tecnología, el gobierno busca atraer a los jóvenes que tienen poco interés en trabajar directamente en el campo, pero a los que sí les gusta la tecnología.
Es un intento por revivir una industria clave que cada vez cuenta con menos personas.
En casi una década, el número de productores agrícolas japoneses ha caído de 2,2 millones a 1,7 millones y la edad media es de 67 años.
Solo el 7% de la población activa de Japón está empleada en el campo, y la mayoría de los agricultores trabajan solo a tiempo parcial.
La topografía limita en gran medida la agricultura de Japón, que puede producir solo el 40% de los alimentos que necesita.
Alrededor del 85% del territorio está ocupado por montañas y la mayor parte de la tierra cultivable restante se dedica a cultivar arroz.
Este grano siempre ha sido el alimento básico de los japoneses.
El gobierno otorga subsidios a los productores de arroz para mantener la producción en pequeñas propiedades de una hectárea, pero el cambio de los hábitos alimenticios ha robado protagonismo a este cultivo.
El consumo per cápita ha caído desde 118 kg en 1962 a menos de 60 kg de arroz en los últimos años.

 

La alta tecnología ha permitido la expansión cultivos sin tierra.

Así Japón ha comenzado a fomentar la diversificación en el campo.
Como no hay mano de obra disponible, los agricultores recurrieron a la maquinaria y la investigación biotecnológica.
Cada vez se utilizan más drones en tareas como la fumigación, haciendo en media hora el trabajo que llevaría un día completo a cualquier trabajador.
La alta tecnología ha permitido la expansión cultivos sin tierra.
A través de la producción en invernaderos e hidroponía, Japón ha podido expandir su producción de frutas y verduras.
La empresa Mirai Group es pionera en la producción de alimentos en vertical y actualmente cosecha alrededor de 10.000 lechugas al día.
La productividad es cien veces mayor en comparación con el método convencional.
A través de un sensor, la compañía controla la luz artificial, los nutrientes, el dióxido de carbono y la temperatura de cultivo hidropónico.
La luz artificial hace que las plantas crezcan rápidamente, y el manejo controlado elimina la pérdida por enfermedades.
A pesar del alto costo de energía que representa el método, el número este tipo de fábricas en Japón se ha triplicado en una década, a casi 200 instalaciones actuales.

Ayuda a países en desarrollo


 Con el apoyo de la tecnología, Japón también se ha comprometido a ayudar a los países del continente africano a duplicar la producción anual de arroz a 50 millones de toneladas para 2030.
Ya se están llevando a cabo proyectos específicos en África.
En Senegal, por ejemplo, los japoneses invirtieron en capacitar a técnicos agrícolas y en transferir tecnología principalmente de riego.
Como resultado, la productividad aumentó de cuatro a siete toneladas de arroz por hectárea y los ingresos de los productores aumentaron aproximadamente un 20%.
La estrategia japonesa es promover la inversión privada y expandir el comercio de maquinaria agrícola sostenible en todo el continente africano.
En un periodo de 15 años, el PIB de África se expandió 3,4 veces de US$632.000 millones en 2001 a US$2,1 trillones en 2016.
Con la intención de ayudar a reducir las pérdidas posteriores a la cosecha, revitalizar la industria alimentaria y aumentar los ingresos rurales, en 2014 el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón formuló la Estrategia Global de la Cadena de Valor Alimentario para aplicarla en los países en desarrollo como Vietnam, Myanmar o Brasil.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

LA PRODUCCIÓN DE CACAO ORGÁNICO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA




LA PRODUCCIÓN DE CACAO ORGÁNICO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
En el ranking mundial, el país ocupa el primer lugar en la producción y exportación de este producto. En el año 2009 se exportaron más de 62 mil toneladas a Estados Unidos y Europa, principalmente.
En la República Dominicana, el cacao es uno de los cuatro cultivos tradicionales de exportación y su relevancia en la economía la determina su contribución a la generación de cientos de plazas de trabajo, su aporte al Producto Interno Bruto (PIB), la protección al medio ambiente, el incentivo a la proyección internacional del país, entre otros aportes.
De acuerdo a estadísticas del Ministerio de Agricultura de la República Dominicana, en 2009 el país exportó 62, 385 toneladas métricas de cacao, que generaron US$162.3 millones en divisas nacionales. De estas exportaciones, dirigidas principalmente al mercado de Europa y Estados Unidos, cerca de 15 mil toneladas responden a las normas internacionales de agricultura orgánica.
LA REPÚBLICA DOMINICANA POSEE EL 60% DEL MERCADO MUNDIAL DE CACAO ORGÁNICO, 401,553 TAREAS SEMBRADAS, QUE REPRESENTAN EL 16.5% DE 2, 436,185 TAREAS CULTIVADAS DEL FRUTO.
La provincia Duarte es la zona donde se produce la mayor cantidad de cacao orgánico en el mundo, lo que a su vez. En esta provincia y en la región nordeste hay miles de tareas dedicadas al cultivo del cacao orgánico, lo que convierte esta zona en la "capital mundial" de este producto.
En su informe del perfil económico del cacao dominicano de 2007, el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), consignaba que la República Dominicana posee el 60% del mercado mundial de cacao orgánico, 401,553 tareas sembradas, que representan el 16.5% de 2, 436,185 tareas cultivadas del fruto. Estas se distribuyen en 40 mil fincas grandes, medianas y pequeñas, las cuales están concentradas en cinco zonas productoras.
En 2006, la República Dominicana exportó 8 mil toneladas métricas de cacao orgánico lo cual generó US$60 millones en beneficios; dos años después se exportaron 34 mil 700 toneladas métricas de cacao, de las cuales el 55% correspondieron al orgánico; el valor por lo exportado ese año fue de US$170 millones.
En el país hay alrededor de 805 mil tareas dedicadas a cultivos orgánicos.
Actualmente, el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) y la empresa Roig Agro Cacao ejecutan el proyecto "Caracterización de Calidad del Cacao de la zona de Castillo", con una inversión de RD$2.7 millones.
El país incursiona en el cultivo del cacao orgánico a la década de 1980. La siembra se hace en terrenos totalmente agroecológicos, sin emplear herbicidas, ni abonos químicos, Adicionalmente, también se obtienen artículos semielaborados como el licor de cacao orgánico, la manteca de cacao, el polvo de cacao y el chocolate.
Después de la República Dominicana, los países que exportan más cacao orgánico (en toneladas) son México, con 2,500; Perú con 1,850; Madagascar y Tazania con 1,500; el sexto lugar es de Vanuatu con 500; el séptimo de Bolivia con 400; el octavo puesto de Panamá, con 350; sigue Costa Rica, con 300 y en décimo lugar Sri Lanka, con 200 toneladas.

CLASIFICACIÓN
Para su comercialización, el cacao orgánico dominicano se clasifica en dos tipos: el Hispaniola (Fermentado) y Sánchez (Sin fermentar). El tipo Sánchez se produce en condiciones naturales, desde que se recoge del suelo hasta su secado, y constituye el 70% de la exportación anual de cacao dominicano. Debido a su naturaleza, su alto contenido en manteca y su bajo precio, es preferido por el mercado norteamericano.
REPÚBLICA DOMINICANA FUE INCLUIDA EN EL SELECTO GRUPO DE 15 PAÍSES DEL MUNDO RECONOCIDOS COMO PRODUCTORES DE CACAO GOURMET.
El cacao Hispaniola, después de su corte, es sometido a un proceso de fermentación. Es favorecido por su alta demanda en el mercado Europeo. Para las exportaciones, el cacao orgánico cuenta con certificaciones de diversas organizaciones encargadas de verificar y otorgar el sello que garantiza la condición de orgánico y el nivel de calidad.
Los mercados más importantes tienen certificaciones propias. Por ejemplo, BCSÖKO-Garantie (Alemania), Bio Suisse (Suiza), Demeter (Alemania), IMO-Control (Alemania-Suiza), Japanese Agricultural Standard-JAS (Japón) y National Organic Program- NOP (Estados Unidos).
República Dominicana fue incluida en el selecto grupo de 15 países del mundo reconocidos como productores de cacao gourmet.
Dentro de las asociaciones y empresas dedicadas a la producción y comercialización del cacao orgánico en el país, las principales son: Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (Conacado), con un 49.8% de la producción; Nazario Rizek, con 15.8%; Comercial Roig con 13.2%;
También tienen cuotas relevantes del mercado Munné y Compañía; J.Paiewonsky e Hijos, Cortés Hermanos, García y Mejía, Yacao y la Asociación de Productores de Cacao del Cibao (Aprocaci).
Para más información visite: www.icco.org/ www.rutadelcacao.org/